domingo, 1 de julio de 2018


DICE EL LABRADOR AL TRIGO  :  Para julio te espero, amigo.




En Cereceda el mes de julio era el mes de la siega.
Una parte del mes de julio Cereceda se quedaba sin hombres pues se habían marchado a segar a Villamayor y a Aldeatejada, pueblos de los alrededores de Salamanca.
Cuando mi padre volvía de la siega, mi madre y yo ya " le habíamos metido mano " a muchas de nuestras tierras.
Todos los años nos faltaban por segar las suertes de Valcabrero o de las Lagunejas, zonas más tardías.
Un año fuimos a segar a Valcabrero y dejamos las hoces escondidas en una hacina - montón de haces - en la suerte porque alguien que acudió a regar en el Valcabrero de Arriba o en el Valcabrero de Abajo, dijo que estaba la " pareja de la guardia civil " en el pueblo.
En aquellos años estaba prohibido trabajar el día 18 de julio, fecha del " Alzamiento Nacional ".
Nos fuimos hacia las Dos Cerrás y por la carretera del Cabaco volvimos a casa. Intentábamos " demostrar " que veníamos de regar en aquel huerto.
Yo venía con las albarcas - a las que Isidro Marcos Martín, GATO 2.017, me ha prometido dedicar un artículo  en el nº 4 de la Revista PATALOSO - y al llegar a mi casa los guardias civiles estaban sentados en la entrada por el huerto.
Mi inocencia me llevó a responder a su pregunta " que veníamos de regar del huerto de las Dos Cerrás," como me había dicho mi padre.
Un libro de cuentos, que acostumbraba traerme el cabo Juan, cambió mi respuesta.
- Venimos de segar una suerte en Valcabrero.
- Con este muchacho no se puede - dijo mi padre. Se vende por un libro de cuentos.
En esos cuentos infantiles, regalo del cabo Juan, nació mi afición a la lectura y a la escritura.


               Foto  www.google.es

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