miércoles, 25 de julio de 2018


LAS GRANCIAS





Es una palabra propia del vocabulario de las Eras y del Teso.
Cuando terminaba la trilla y se " juntaba " la parva con la " allagadera ", venía la hora de " rezar y esperar " para que hiciera viento y el aire soplara con fuerza y del lado que estaba orientada la parva " junta ".
En Cereceda lo mejor era poner la parva al gallego. Era el viento más fiel. Algunas parvas se ponían al cierzo. Éste viente soplaba fuerte pero era poco constante. Por la mañana soplaba el cierzo y por la tarde se " volvía " gallego.
Una vez limpiada la parva era necesario " acribar " el trigo. Había que pasar el trigo por la criba para quitarle todas las impurezas.
Entre esas impurezas estaban las piedrecillas, las grancias y los granciones.
Las grancias se quedaban en la criba y las " echábamos en un montón aparte."
Luego se metían en un saco y mi padre las tiraba en un trozo del corral, que mi madre había barrido. para que las aprovecharan los marranos.
Si quedaban granos o cosa comestible, era el momento de las gallinas.
Los últimos restos los echaba yo en el pocilgo de los marranos o en el pocilgo de las cabras y servían de cama y, convertidas en estiércol, irían a los linares para abono de patatas, fréjoles, remolachas y berzas.
En Cereceda todo tenía utilidad o, al menos, los vecinos, " se la sacaban."


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