sábado, 3 de octubre de 2020

 LO HAN PUESTO A CAER DE UN BURRO





Es una frase "de pueblo."

En Cereceda eran abundantes las burras y los burros en los años de mi niñez. Casi todas las familias disponían de ganado asnal. Servían para acudir a los trabajos lejanos al pueblo, para traer " una carga de leña o de hoja o de gelechos ". Para ir a la feria a Tamames los martes y traer, metidos en una alforja, unos garrapinos que, pasado un año, serían cebones de 12 o 15 arrobas.

Reconozco que hasta mi memoria se ha perdido la idea de si alguna vez una persona se encargó de cuidar los burros. En verano, y para aprovechar la rastrojera, se hacía un turno de cuidadores de burros entre los dueños de los animales.

El Majadal, una zona de la dehesa boyal próxima al pueblo, era el lugar favorito de los burros, Allí había hierba y sombra y, muy cerca, estaba el regato de la Azebea al que podían acudir a beber.

La frase significaba en Cereceda " hablar de una persona sin detenerse en miramientos."

" Criticar a una persona, casi siempre ausente, en un grupo de personas."

En Cereceda se hablaba siempre de un lugar especial para realizar esa acción : la zona de los lavaderos del río Yeltes o del río Chico. El Puente Cantería, los Pontones, el Periquito, el Chorrero eran lugares donde las mujeres acostumbraban " charlar de todo."

Los hombres tenían dos lugares favoritos : la fragua y el bar.

Foto  pinterest.es

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