jueves, 5 de septiembre de 2019


DESHOLLINAR





En setiembre llegaba el frío a Cereceda, y con el frío se encendían las lumbres.
Las lumbres estarían encendidas en la cocina hasta Junio.
En los primeros días de setiembre mi madre preparaba un varal largo que tenía en el " tenao " de la cuadra, le ataba unos trapos en la punta, se ponía un pañuelo negro a la cabeza y comenzaba a deshollinar la chimenea.
Deshollinar significa quitar los hollines que las bardas, los brezos y las raíces habían hecho a lo largo del invierno en las paredes de la chimenea.
Había que preparar la chimenea para el largo invierno, pero, sobre todo, para las " lumbrarás " - unas lumbres lenas de llamaradas - de las matanzas.
Ya he contado que muchos años se prendían fuego los hollines de las chimeneas la mañana de la matanza. Algún año me tocó hacer de bombero con una escalera y una goma en lo alto del tejado.
Los hollines mi madre los mezclaba con la ceniza y los echaba en el surco  que sembraba de ajos en el huerto del Castaño.
- " Los hollines y la ceniza espantan los ratones, las orugas y todos los bichos que quieren comerse los dientes de ajo ", decía mi madre.

Foto archiexpo.es

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