miércoles, 4 de septiembre de 2019


EL " MIAU " DE LOS GATOS EN ENERO

Una señora " gata " me envía un correo para decirme que le han gustado mucho los artículos sobre los gatos.
Muchas gracias

Hoy quiero añadir otro artículo del blog sobre " cosas de los gatos."





Cuando llegaba el invierno a Cereceda, solía venir acompañado del frío, las heladas y la nieve.
Entonces caían nevadas que obligaban a cabras y ovejas a quedarse en el corral todo el día. Les echábamos paja de " garrobas, " o berzas, o ramas de hiedra del huerto del Castaño.
Si la nevada comenzaba al anochecer, al venir las cabras o al salir del rosario, mi padre decía que estaría nevando toda la noche.
Yo me despertaba con el lastimero llanto de las gatas,
La gata Prisca, que estuvo muchos años en la cocina de casa cuando yo era niño, míaba para pedir al Cielo que no hiciera tanto frío y que no nevara porque sus " gatines " eran pequeños y tenían mala cama y poca ropa, escondidos en el montón de " gelechos " que mi padre y yo subíamos al " sobrao " para tapar lo que quedaba en la panera.
La gata anuciaba " ha nevau ", " ha nevau " aunque ella decía " miau ", " miau. "
Entonces, al escuchar su lamento , yo me ponía contento porque indicaba que esa mañana la escuela estaría cerrada.
Me levantaba, tostaba el pan, engañaba mi frío con un pequeño " mojar los labios con la botella del aguardiente " y no tenía prisa para quitarme las " lagañas " de los ojos.
Mi madre preparaba el desayuno y mi padre, que le gustaba salir a la punta abajo del huerto de casa a  ver la Peña, los Rasos y las nubes que llegaban de Portugal, traía siempre un " mal anuncio " : " He visto a D. Lamberto por la puerta de Agustín. Así que, coge la estufa y a la escuela."
La gata Prisca y " la fuerza de voluntad de D. Lamberto " habían convencido al Cielo para que la nevada permitiera abrir la escuela.

Foto  es.images,search.yahoo.com

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