jueves, 12 de septiembre de 2019


SI SE CAEN LOS HOLLINES, ES QUE VA A LLOVER.






Todos los fenómenos de la vida cotidiana de mi casa tenían un significado meteorológico.
Mi familia, como la mayoría de las familias de Cereceda, vivía de la agricultura y de la ganadería.
Para ambas el " cielo " era lo más importante.
- Puedes tener buena simiente, haber " estercado " en condiciones, si siembras en mala época, el trigo no nace. Hay que mirar al cielo y hacer lo que mande el cielo, no el calendario zaragozano , decía mi padre.
 Mi madre tenía " mucha fe " en el calendario zaragozano, que solía estar encima de la camilla de la cocina o encima de la radio.
Los gestos de los gatos, el canto de los gallos, el ladrido del perro, todo era interpretado como señal de buen o de mal tiempo.
Mi madre leía el tiempo en la salida del humo por la chimenea de la cocina : que se hacía humo, era porque iba a llover ; pero si el humo salía recto era noche de helada, y, si se caían los hollines de la chimenea, era señal de que se acercaban las lluvias.
Si se desprendían hollines sobre la lumbre, era porque el viento gallego bajaba por la chimenea y esa " revolución del viento " anunciaba la llegada del agua.
Mi padre se reía de esas predicciones de mi madre, pero, si a la mañana siguiente no podíamos " ir a hoja pa la Piñuela " a causa de la lluvia, mi padre salía de la cocina renegando por el portal, mientras mi madre me decía " coge la estufa y ponle unas brasas, y prepara la pizarra para irte a la escuela, que hoy no vais a hoja.

Foto  es.search.yahoo.com

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