lunes, 9 de agosto de 2021

 EL CORATO




El corato es la corteza del cerdo.

En Cereceda a los cerdos engordados para realizar la matanza familiar, los llamábamos cebones.

Una vez matados los cebones, tras el ritual del " buenos días ", la copa de aguardiente, la sardina asada si había venido Ramón el huevero de Sequeros, o la perronilla casera, llegaba la hora de poner gelechos secos en el suelo de la calle. Si había nieve se raspaba, si llovía se ponían unas piedras y se hacían regueras para que el agua corriera calle abajo, si había barro pues las calles eran de tierra, se colocaba el cebón encima de los gelechos y se extendían unos brazaos encima del cuerpo del cebón.

De pronto surgía la lumbrará y los hombres comenzaban a mover los gelechos y a irlos colocando en las orejas o entre las manos o las patas para que los " pelos del cebón " ardieran.

Comenzaba a oler a matanza.

Tras la quema de un lado se daba la vuelta para chamuscar el cebón por el otro lado.

Una vez terminada la faena del fuego, se iniciaba la del raspado con cuchillos y barreñas o calderos de agua hirviendo.

Había que dejar el corato - la piel del cerdo - bien blanca y bien limpia, antes de abrirlo.

A mí me gustaba raspar y raspar porque ese era un trabajo de hombres. 

Acabada la faena del raspado, empezaba el desfile de invitados camino de sus corrales para echar un pienso a las vacas o a las cabras o a las ovejas. 

 " ¡ Salud para comerla ! " era la frase de despedida de los hombres que habían llegado para ayudar y ahora regresaban a sus trabajos.

La gente menuda nos movíamos de un lado al otro - " estos muchachos estorban en todas partes, decían las mujeres, mejor si se van a la escuela."

Pero el día de la matanza - sólo el primer día - teníamos permiso para faltar a la escuela.


Foto  google.com

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