lunes, 30 de agosto de 2021

¡  QUE SI QUIERES ARROZ, CATALINA ! 





Una de esas extrañas frases con las que solemos referirnos a alguien que hace poco o ningún caso a lo que le decimos.

En Cereceda solía emplearse por parte de las mujeres cuando era imposible convencer a su marido de algo que para la mujer era fácil de entender.

- Le digo a Juan que deje de echarle tanto trigo al churro porque deja la mitad en las pesebreras. Pero " ¡ que si quieres arroz, Catalina !, esta mañana le ha vuelto a echar una lata entera.

Yo no conocí a la famosa Catalina de la historia, pero cuentan de ella que era una " gata " de adopción a la que le gustaba mucho el arroz.

Arroz hervido, arroz en paella, arroz blanco con tomate y huevo frito, arroz en las patatas o patatas con arroz que decía mi madre, arroz con leche, y hasta otras diez formas más de guisar el arroz.

Según me contaron en la posada cuando yo era pequeño había llegado a Cereceda con una compañía de teatro y se había quedado aquí herida por la flecha del amor de un mozo. Pero, según me contó la señora Encarna, el mozo se fué un año a la siega a un pueblo de La Armuña, se casó con una moza de aquel pueblo y dejó a Catalina triste y sola " bueno, sola no, porque la dejó con miles de granos de arroz."

- La historia es que un día Catalina se puso mala y don Juan le dijo a sus vecinas que le dieran un caldo de gallina, pero Catalina dijo que no lo quería porque ella quería arroz. Así se entabló una discusión entre la comida que recomendaba el médico y la que ella quería. Tuvieron que llevarla al hospital porque se quedó muy débil. Allí le dieron arroz cocido con manteca y eso la curó. 

Después de eso, mi madre decía que a los hombres, pa que hagan caso, hay que decirles lo que les guste, porque si no te dirán " que si quieres arroz, Catalina."

Foto  google.com

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