jueves, 14 de septiembre de 2023

 TRES EN UN BANCO Y . . . ¿ hablan los tres a la vez ?







El que se sienta en el centro sufre la charla de sus dos compañeros.

Y él, como si estuviera sentado en la grada de una cancha de tenis, mira a un lado y al otro sin apenas enterarse de lo que  dicen sus amigos.

En el centro del banco se coloca al más tranquilo y menos atrevido para que no interrumpa lo que tienen que contar los situados en los extremos.

- La otra mañana me encontré con Serafín y con Jovito sentados en un banco a la entrada del parque. Hablaban y hablaban sin parar cuando yo me acerqué a saludarlos. Me invitaron a sentarme un rato con ellos, y acepté. ¡ Menudo dolor de cuello y de cabeza me proporcionaron !.Yo miraba para uno y luego para el otro, e intenté levantar varias veces la mano para pedir la palabra, pero ellos no se enteraron. Total que media hora después de mi llegada, me levanté y, casi sin despedirme, me marché, me ha contado mi amigo Luís, profesor jubilado de Física y Química, " conocido " por su escucha silenciosa.

Yo, que soy bastante charlatán, procuro sentarme siempre en un extremo del corro o del banco porque es la única posibilidad de intervenir en la charla, porque ¡ pobre del que se sienta en el centro !. Aunque quiera hablar nunca se le permite abrir la boca.

Una señora " gata " me contó que su madre era muy educada y para hablar casi pedía permiso. Pues bien, " en una ocasión que llegaron a su casa dos vecinas para darle la enhorabuena por la boda de su hijo pequeño, mi madre les ofreció asiento en el banco del portal y, como " gozaban de buen año ", se sentaron en los extremos. Mi madre se sentó en medio y me contó que casi no " pudo abrir el pico " en todo el rato que las dos vecinas y comadres estuvieron con ella ".

¡ Tres en un banco !. Dos hablan y uno calla.

Foto  pinterest.es


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