viernes, 22 de septiembre de 2023

 ENCARGOS SIN DIN, descanso para mi rocín.







Rocín " caballo de mala traza, basto y poco útil para el trabajo ".

En los pueblos pequeños había siempre una persona que tenía muchos oficios con los que ganaba poco dinero, que solía dedicar un día de la semana a realizar encargos de los vecinos a cambio de una pequeña soldada o propina.

Este personaje, conocido en los pueblos de los alrededores y, sobre todo, en el pueblo cabeza de la comarca, era una persona de trato afable y educado para tener clientes a quienes ofrecer sus servicios.

Era costumbre entregarle una cantidad de dinero - que se procuraba fuera sobrante - para la realización del encargo.

El sobrante era su ganancia por el trabajo y el tiempo empleado.

Cuando yo era " camarero " en la taberna de mis padres, los " gatos " me encargaban pequeños trabajos - ir a comprar tabaco o un librito de papel o dar algún aviso a la su mujer - a cambio de una perra gorda o de tres perras chicas. El real ya era la propina para un encargo de " mayor entidad " como acudir a la secretaría del ayuntamiento.

El rocín del " recadero" solía ser viejo y flaco pues su dueño carecía de prados y de linares y de pienso para alimentarlo..

Si quien le hacía el encargo, olvidaba entregarle el dinero, era un descanso para el rocín pues el encargo sería " olvidado ".


Foto  Google.com


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