martes, 26 de septiembre de 2023

 EL QUE LEE MUCHO Y ANDA MUCHO, ve mucho y sabe mucho









Es un refrán castellano atribuído a Miguel de Cervantes.

Aparece en el capítulo XXV de la segunda parte de El Quijote, en boca de don Quijote admirado por las dotes adivinatorias del mono del titiritero.

He contado en repetidas ocasiones los conocimientos de geografía y de historia que poseían los arrieros que pasaban alguna noche en la posada de mis padres.

Sus recuas de burros y de mulas - a las que ellos llamaban acémilas, y me enseñaron que su nombre era el de " acemileros " - los habían llevado por muchos lugares de la geografía española.

Algunos habían estado en varios pantanos de los que se levantaron por esos años para retener el agua de los ríos españoles.

Además de saber geografía e historia de los pueblos en los que habían pasado días y noches, me contaban anécdotas de las gentes de esos pueblos y los " apodos y motes " que tenían las personas que los habitaban.

Ajeros, perdigueros, luneros, loberos, zorreros, pardales o gansos o foreros o tinajeros o gorreros, eran algunos, de los quo me maravillaba porque Don Lamberto se reía cuando yo le preguntaba por el nombre del pueblo de los zorreros.

- Hay muchos pueblos en los que viven gentes que saben poner trampas a los zorros para cazarlos y vender sus pieles. A esos cazadores de trampas los llaman los zorreros, me explicaba.

Algunos vendedores de quincalla o de trillos y chinas para enchinar también me contaban cosas de Sierra Morena, una sierra que yo conocía por el mapa de España de la escuela.

 Yo siempre pensé que era imposible recorrer tantos kilómetros con una burra o con una bicicleta.

Algunas de esas personas no sabían leer pero " sabían mucho porque habían andado mucho " , me decía mi tío Horacio.

Yo soy un enamorado del caminar y he aprendido mucho con el camino y con los viajeros - la mayoría extranjeros - con quienes me encuentro, a diario, por la playa de El Albir.

Mi " pena " es que ellos no conocen mi idioma y yo desconozco el suyo.

" Ya es tarde para que vayamos a la escuela a aprenderlo ", me dicen.

Es tarde para ellos, todos jubilados.

Y, también, para mí.


Foto  pinterest.es


No hay comentarios:

Publicar un comentario