lunes, 4 de septiembre de 2023

 ¿  HABRÁ TORMENTA ?








Es la pregunta que sugiere la fotografía.

Una dehesa salmantina en primavera, con " ronchones verdes, con ronchones blanquecinos porque alguna noche ha helado todavía, con ronchones amarillos porque la tierra se despierta con alegría en una zona llana en la que las heladas de la noche proporcionan un despertar tardío pues la helada dura hasta muy avanzada la mañana.

Y la " charca ".

Ese es el nombre que reciben esos embalses artificiales de agua que eliminan la sed del ganado vacuno y que, al llegar los calores, se convierten en barro, en la piscina natural donde se " revuelcan " los marranos a los que les gusta estar sucios y cubiertos de barro para hacer honor a su nombre.

Y las nubes, los nubarrones.

Es el nombre " despreciativo " que se da en Cereceda a las nubes que nacieron blancas pero a lo largo del mediodía y de la tarde se vuelven negras.

Los nubarrones presagian la tronera, hermoso nombre para llamar a las tormentas, porque una tormenta sin truenos, no es una tormenta.

Antes han llegado las culebrillas o los rayos, porque los relámpagos es un nombre muy largo y a las gentes de los pueblos nos gusta ahorrar saliva para pronunciar los nombres de las personas o de los animales o de las cosas.

- ¿ Descargará la tormenta, tío Eugenio ?, le preguntaba yo al tío Eugenio cuando lo veía regresar del prao del cementerio con el saco semivacío al hombro carretera del Chapatal abajo camino de su casa cerca de los Pontones.

- Los nubarrones por Valdecarros eso anuncian, era su respuesta.

Y aquella tarde había truenos y relámpagos y granizo, y el sol desaparecía en el horizonte para no salir hasta el próximo amanecer.


Foto  salamancartvaldia.es    Ribera de Canedo, Ledesma ( Salamanca. España )


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