viernes, 1 de marzo de 2019


EL CUEZO

Pequeña artesa de madera en donde se echaba la comida de los marranos pequeños.





A los cerdos pequeños en Cereceda los llamamos garrapos chicos.
- He ido a Tamames a comprar garrapos chicos y los he traído en las alforjas del burro., se decía en Cereceda.
Era en la feria de Tamames, es el mes de setiembre donde comprábamos los garrapos chicos que, convertidos en cebones, los mataríamos al año siguiente en Navidad.
Algunos años teníamos una marrana que paría y criaba una " cuadrilla " de garrapinos.
A mi madre le disgustaba criar garrapinos. La cuadrilla algunos años estaba formada por 10 - 12 garrapinos y muchos años mi madre tuvo que criarlos a biberón
El cuezo o pequeña artesa la hacía mi padre con el destral y la " zuela ". En el pueblo todos los cuezos eran de fabricación casera. Se cogía un trozo de un roble y se le iba quitando madera hasta convertirlo en una especie de barco con el fondo interior y exterior plano.
Se los ponía a un lado de la puerta del pocilgo. La puerta de tablas del pocilgo también era de fabricación casera o la había hecho el tío Santos o Tino el carretero.
El cuezo tenía muy poca profundidad para que los garrapos chicos alcanzaran a comer en él, aunque algunos se " metían de patas " en él para comer.
La comida eran patatas cocidas en el caldero de la lumbre, a las que se añadían harina de cebada o " salvaos " de moler el trigo en la fábrica de Arroyomuerto.
Algunas " dueñas - mamás " le añadían leche, leche de cabra o leche en polvo, convertida en líquida a la lumbre.
Algunos garrapos chicos olvidaron la " morriña " con la leche en polvo americana.
Cuando los garrapos chicos crecían y llegaban las matanzas, pasaban a ocupar el pocilgo de los cebones. En esos pocilgos había unas pilas de piedra de cantería en la que se les echaba la comida. Era la pila de los marranos y, luego, la pila de los cebones.

  Foto  www.google.es

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