jueves, 10 de agosto de 2023

 EL AGUA AGOSTERA DESTROZA LA ERA, pero apaña la rastrojera.








Este refrán se lo escuché muchas veces a mi padre y a los dueños de ovejas.

El agua que llegaba en agosto nos obligaba a abarañar las parvas cuando aparecían las nubes, a cerrar las parvas si estábamos limpiando y a volver a extenderlas a la mañana siguiente, porque las tormentas aparecían por Valdecarros y resbalaban por la ladera de la sierra hasta llegar a las Eras, a las dos o las tres de la tarde.

Ese agua le venía bien a las remolachas que habíamos plantado en los linares, aunque si no acudíamos pronto a henderles el surco o a zacharlas, cuando íbamos se necesitaba escardarlas primero.

Ese agua era muy bien acogida y aprovechada por las tierras que habían estado sembradas de trigo o de cebada. 

En esas tierras abundaban las espigas caídas en los vados de los surcos, que con la lluvia, comenzaban a germinar los granos, y poco tiempo después, eran un alimento para las vacas y las ovejas.

" Ir a la rastrojera " en un año de lluvias en agosto era un placer para el ganado por la abundancia de comida y una alegría para la vista pues el color terroso y amarillento de las pajas segadas, se transformaba en color verde.

" Apañar " es un verbo muy utilizado en el idioma " gatuno " con el significado de " resolver una situación difícil ( la falta de comida verde para los animales )  de manera provisional o para salir del paso ".


Foto  Google.com  La rastrojera con yerba verde.

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