lunes, 29 de octubre de 2018


EL ENTIERRO DE LOS DIFUNTOS  ( en el pueblo ).

Con la llegada del mes de noviembre - el mes de los difuntos - Isidro Marcos Martín, GATO 2.017, me ha remitido uno más de los artículos que escribe en sus ratos de ocio en Cereceda.
El blog lo publica gustoso y le agradece que le ayude en los recuerdos de Cereceda. Sus vivencias son once años anteriores a las mías.






Movido por la nostalgia del recuerdo de las personas fallecidas en el pueblo,  de manera muy especial los familiares de cada uno, desde la atalaya de mis ochenta y siete años,  me vienen a la memoria recuerdos de los muchos vecinos que yo personalmente he visto enterrar.
En los años de mi infancia los habitantes del pueblo morían todos en su propia casa, dado que no había hospitales ni ningún otro medio de curar las enfermedades más que en la vivienda propia
El artículo de hoy sirve para glosar detalladamente todo el proceso del entierro de los difuntos.
Una vez certificada por el señor médico la defunción del vecino o vecina, era misión del sacristán del pueblo anunciar a los vecinos el fallecimiento.
Este anuncio se hacía con toques de campanas : Se tocaba un toque de campana y se esperaba a que se perdiera en la lejanía, simulando la agonía de la muerte de una persona.
Luego se daba un toque de la otra campana con un tiempo de espera e igual simbología.
La repetición de un toque con la misma campana indicaba si era varón - con cinco toques - o si era mujer  con tan solo cuatro toques.
Estos toques, llamados " tocar a muerto ", se han conservado hasta hace unos años en Cereceda. como mandaba la tradición.

Foto  www.google.es

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