lunes, 1 de octubre de 2018


EN OCTUBRE CAÍDA DE HOJAS Y LUMBRE.





El frío suele aparecer por el cuarto día del mes de Octubre, por San Francisco.
En Cereceda ya se encendían las lumbres al salir de la escuela, a las cinco de la tarde.
Hasta esa hora mi madre estaba a la puerta de la cuadra, sentada en su silla baja de bayón, cosiendo, al calor de los rayos del sol y al abrigo de la casa y de la pared del huerto del señor Remigio.
Cuando yo llegaba de la escuela, enseguida me decía que metiera unas bardas del montón que había en el huerto y unas raíces del corral para encender la lumbre.





Las cerillas sobraban porque quedaba rescoldo de la lumbre de la mañana.
Por la mañana mi madre había cocido el caldero de los marranos y la comida en la lumbre de la cocina.
Mis amigos y la mayoría de las chicas de mi edad tenían que dedicar un rato a " traer " agua de la Fuente Grande o de la Fuente Chica o del Pozo  que mis padres tenían en el huerto de casa.
Ese oficio yo lo tenía hecho pues el pozo de Cándido era el pozo de mi padre y nosotros " salíamos al huerto " cuando necesitábamos agua.
Más tarde " tocarían al rosario " y era la hora de volver a la plaza para recoger las cabras y, si había tiempo, jugar un rato.
Así se repartía el tiempo de un niño de 9 - 10 - 11 años en la Cereceda de los años 50 del siglo pasado.

Foto  www.google.es

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