sábado, 25 de junio de 2022

 "  COMO NOS SALGAMOS DEL CAMINO, nos perdemos "







Estas palabras las pronunciaba mi tío Horacio cualquier domingo por la mañana cuando íbamos a ganar unos reales al cambio de alubias por quesos o de patatas o de garbanzos.

- Los toros son los únicos que no se pierden porque saben dónde están los pilones con la comida. La burra también sabe el camino de vuelta a casa pero nosotros queremos ir a Matilla que allí la tía Romualda nos tiene vendidas todas las alubias.

Yo caminaba en silencio mientras él hablaba con la burra, conmigo y con él mismo que era quien lo escuchaba.

- Tío, si llegamos a la pared del cercao y seguimos la pared llegamos a la casa de la señora Urbina, la de los pavos.

Yo me había fijado que la pared, era una obra de arte. Recta, cruzaba la loma y entre las encinas se perdía a lo lejos.

- Una mañana antes de ser de día me perdí al pasar la casa del tío Rubén, el que te regaló un cordero de una oveja que le había parido tres y, si no es por un vaquero a caballo que me silbó, aparezco en Fuentes al mediodía. Porque cuando se " cierra " el campo de encinas, solamente se ve el cielo. 

Luego se quedaba en silencio un rato corto, y volvía con su retahíla de mujeres que le estaban esperando y algunas le debían dos o tres kilos de alubias o de chochos.

- No te asustes, que la burra sabe volver a casa. Si volvemos a Zarzoso con la carga, la dejamos en casa del aperaor y al domingo siguiente la recogemos allí.

- Si yo a lo que le tengo miedo es algún toro bravo que se haya salido del cercao y nos vea y se arranque.

A mí me daban más miedo los lobos y los toros bravos que los " pobres " que iban pidiendo de pueblo en pueblo y con los que, algún domingo, compartimos la merienda.


Foto   tribunasalamanca.com

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