viernes, 30 de abril de 2021

 LOS ARTÍCULOS EN EL " IDIOMA " DE CERECEDA.





Cuando iba a la escuela de niños de Cereceda, mi madre me tenía prohibido hablar como lo hacían los hombres que iban al bar o los vendedores ambulantes que se detenían en la posada. Ellos utilizaban un vocabulario y unas expresiones que a mi madre no le agradaban. A mi padre le daba igual o le reñía a mi madre " deja al muchacho que aprenda el habla de los jurdanos, que ya le enseñará D. Lamberto a hablar elegante."

El cabo Juan, un guardia civil que había vivido años en la raya - la frontera portuguesa - me enseñaba portugués para que yo me " entendiera " con los jóvenes, a veces mozas, portugueses que hacían estraperlo con café y telas y azúcar.

A mí me llamaba la atención lo bien que sabían usar los artículos. En la escuela aprendí que había dos clases de artículos: los determinados y los indeterminados. Mi padre sabía usarlos : vete a casa del alguacil y dile que eche un bando porque mañana viene el capador o el recaudador de la contribución. Mi padre lo conocía y siempre venía el mismo a cobrar los impuestos. Pero cuando venía el vendedor de miel con los dos pellejos atados en el mulo, mi padre me mandaba a casa del alguacil a decirle que echara un bando porque había venido al bar un vendedor de miel.

Eso quería decir que no era el amigo de mi padre de La Pesga, en las Hurdes, sino otro vendedor.

D. Lamberto me enseñó que había que poner un artículo u otro según fuera conocido o desconocido : "

Si tú sabes de quién es el burro que está encerrado en el corral de concejo, tienes que decir el burro del tío Juan está en el corral de concejo, pero, si no sabes quién es el dueño del burro, debes decir que hay un burro encerrado en el corral de concejo.

Así era la gramática que se aprendía en Cereceda y el uso de los artículos, determinados o indeterminados, según conocieras o desconocieras al dueño de vacas, burros, cabras, ovejas, marranos o gallinas.

Foto  google.com

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