domingo, 11 de abril de 2021

 CON LA TAJUELA Y EL LAVADERO AL RÍO

Este artículo apareció en el nº 5 de la Revista PATALOSO  Agosto 2.020.

Sus autoras son Antonia Álvarez y Begoña García, madre e hija. " gatas ".



Estábamos una tarde mi hija Bego y yo en el corral de la casa del pueblo, donde mi marido José Manuel tiene una pequeña colección de esos viejos enseres que utilizábamos antes , y que ahora son como esos álbumes de fotos que nos trasladan al pasado, cuando señalándome uno de los objetos, me preguntó por su nombre.

Esa especie de banco de madera se llama tajuela, y es con lo que íbamos al río a lavar la ropa. Nos poníamos de rodillas en ella para protegernos las piernas y no mojarnos.

Empecé a ir al río muy joven, porque en las casas no teníamos agua y no había otra forma de lavar la ropa que no fuera así. Daba igual la época del año que fuera, teníamos que ir siempre a lavar al río.

En invierno, cuando hacía mucho frío, a veces, el agua se congelaba y teníamos que romper el carámbano de la orilla para poder lavar. Se te quedaban los dedos helados y llevábamos una lata con agua caliente para mojarnos las manos y para que el jabón pudiera hacer algo más de bálago, porque si no se hacía así la ropa no quedaba bien limpia.

Mi hija ya conocía algunas de esas antiguas historias que solemos contar los mayores que vivimos aquellos difíciles tiempos, pero esta vez, quería conocer algunos detalles más sobre cómo hacíamos  antiguamente para lavar.

Y empezó a preguntarme sobre ello.

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