miércoles, 13 de diciembre de 2023

 MEDIA VIDA ES LA LUMBRE, y la otra media el pan y la azumbre






En el Cereceda de mi niñez, la lumbre era mucho más que media vida.

A partir del día uno de setiembre y hasta el día uno de junio la vida giraba alrededor de la lumbre.

Una lumbre que nunca se apagaba pues ya he contado que por la noche se ponían los dos troncos de roble juntos, cara con cara, y se les ponía ceniza encima para que se fueran consumiendo a cámara lenta.

Por la mañana se separaban y entre ellos se colocaban bardas y raíces de roble.

De esta forma no se gastaban cerillas ni para encender la lumbre ni para encender el cigarro.

Mi padre cogía un trozo de palo que estuviera a la lumbre y encendía su cigarro.

Los " gatos " educados cogían una brasa con las tenazas y la acercaban al cigarro que tenían en la boca para encenderlo.

La otra media vida eran el pan y la azumbre.

Yo soy muy " panero " porque estoy acostumbrado a comer pan con todo tipo de comida, " hasta con los plátanos " y " hasta con las migas" o con " las sopas de ajo " pero sin ajo.

La azumbre, es la azumbre de vino.

Una  azumbre de vino, que se compraba en la Sierra o en la taberna.

Un vino " gordo " que tapaba la bombilla cuando se miraba al trasluz.

Hoy se han perdido las lumbres y los hornos de " masar " el pan y el vino es de botella, hecho Dios sabe de qué, según la opinión de mi padre, tabernero de Cereceda.


Foto  Blog Pataloso. com

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