domingo, 4 de febrero de 2024

 TIENES  ABIERTAS  LAS  PUERTAS  DE NUESTRA  CASA







Esta frase es propia del idioma " gatuno ".

En la ciudad te dicen " tienes abierta la puerta de mi casa ".

La primera diferencia es que en el idioma " gatuno " la casa es del marido y de la mujer y de los hijos, es decir, de la familia.

En la capital la casa es de la mujer o del marido.

La segunda diferencia es que la casa de la ciudad tiene solamente una puerta.

Las casas de Cereceda tenían dos puertas.

La casa " modelo " era una casa con corral con acceso directo desde la calle, mientras que la casa tenía acceso a través del corral.

Una era la puerta de la calle y otra era la puerta de la casa.

Como detalle, puedo indicar que, cuando llegaba la época de blanquear la casa, era la puerta que daba al corral la que se blanqeaba, mientras que la puerta de la calle carecía del blanqueo.

La puerta de la calle solía estar abierta - la parte de arriba de la puerta - desde que el marido se levantaba hasta que llegaba la noche y, si el marido había ido a la taberna, permanecía abierta o , al menos, sin candar hasta su regreso.

La puerta de casa estaba candada siempre que en la casa no permaneciera el marido o la mujer. Bien entendido que la llave de esa puerta se quedaba depositada en algún lugar del corral. Lugar conocido por toda la familia.

Con la llegada de la emigración, las casas pasaron a tener la entrada directa desde la calle, al mismo tiempo que se abría otra puerta para acceder al corral.

Todavía hay alguna casa con un acceso por el corral que da a una calle, y con otro acceso que suele dar a un huerto, convertido en jardín y " entrada bonita ".


Foto Revista PATALOSO    Puerta del corral.

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