martes, 23 de agosto de 2022

 EL PUEBLO SE QUEDÓ VACÍO







Una mañana de frío, propio de la tardor, los dos últimos vecinos se fueron , y el pueblo se quedó vacío.

Manuela había jurado y perjurado que ella se moriría en el pueblo.

- " Aquí he nacido y aquí me moriré ", decía.

Pero el su Juan y los sus muchachos le aconsejaron que se fueran  al pueblo de al lado en el que vivía la su muchacha, y esa mañana se levantó, cargaron cuatro cosas que le quedaban sin llevar y se fueron el su Juan y ella.

Yo pasé por el pueblo a la primavera siguiente, un domingo de sol en el mes de abril, y me encontré, a la muchacha de Manuela y a su marido, parados delante de la puerta de la su casa, con los ojos vueltos hacia la torre del campanario.

- Le he dicho a mi mujer que voy a tocar las campanas. Así sabrán en el valle que alguien ha vuelto al pueblo tras pasar el invierno. Queremos crear una Asociación de Antiguos Vecinos. Vendremos los domingos, tocaremos las campanas, iremos al cementerio a rezar un responso, visitaremos cada uno su casa y volveremos un poco menos tristes al nuevo pueblo de acogida.

- Su cementerio está limpísimo, les dije para darles ánimos.

- Nuestros abuelos y nuestros familiares tenían las calles limpias y el cementerio un poco abandonado hasta que llegaba el Día de los Difuntos. La víspera iban todos los vecinos a limpiar el cementerio. Nosotros hacemos al revés : tendremos el cementerio muy limpio y las calles, ¡ pues ya lo ve !, la hierba ha ganado a la nieve, pero las limpiaremos con azadas y palas y llegaremos hasta la Fuente del Prado.

¡ Un pueblo sin vecinos, pero vivo en sus muertos y en sus recuerdos !.


Foto  pinterest.es

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