lunes, 21 de agosto de 2017
ROMANCE DE LA DONCELLA GUERRERA ( continuación )
Dos años anduvo en guerra
y nadie la conoció
si no fué el hijo del rey
que en sus ojos se prendó.
- Herido vengo, mi madre,
de amores me muero yo;
los ojos de Don Martín
son de mujer, de hombre no.
- Convídalo tú, mi hijo,
a las tiendas a feriar,
si Don Martín es mujer,
las galas ha de mirar.
Don Martín, como discreto,
a mirar las armas va.
- ¡ Qué rico puñal es éste,
para con moros pelear ¡.
- Herido vengo, mi madre,
amores me han de matar,
los ojos de Don Martín
roban el alma al mirar.
- Llevárasla tú, hijo mío,
a la huerta a solazar;
si Don Martín es mujer,
a los almendros irá.
Etiqueta Literatura
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