martes, 9 de abril de 2019


DE ZARZOSO A LA PEÑA   continuación

Se notaba cómo la temperatura descendía a medida que ascendíamos, y yo creo que hasta lo agradecimos. Los enemigos climatológicos de los motoristas son el frío y también el exceso de calor que, unido al aire caliente que desprende el motor, a veces se hace insoportable.
En las ultimas curvas de la subida las primeras motos estaban aparcando en la cima de la montaña, al lado del mirador. A mi llegada aparqué por encima del grupo y conversé con alguno de ellos.
El día estaba muy soleado y alguna difuminada nube impedía ver más allá de lo que en otras ocasiones con el día totalmente despejado se puede ver en cualquier dirección;  me sentía como un pájaro sobrevolando con mi vista cada rincón de la provincia, siendo, por derecho propio, el mejor mirador de la provincia de Salamanca.




Eran cerca de las doce de la mañana y la misa ya había comenzado. Recorrí las distintas estancias que se pueden visitar y me acerqué a saludar al Prior de los Dominicos, el padre Hoyos, con el que pude compartir unos breves instantes pues tenía asuntos más importantes que requerían su atención.
Me detuve para absorber las sensaciones que hay en lugares tan especiales como éste, disfrutar y gravar en mis recuerdos este momento, y darme cuenta de este nuevo regalo que Dios me daba.
Mi objetivo estaba cumplido, y mi experiencia pensé en compartirla con vosotros, aprovechando esos instantes, momentos y vivencias que cada uno podemos tener y sentir, y, si alguno se anima, ya sabe que la Peña de Francia, en la provincia de Salamanca, es un lugar único de obligada visita que no podemos dejar pasar...Buen viaje.



 Fotos  José Damián López G.


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