lunes, 13 de noviembre de 2023

 UNOS CALCETINES PARA EL INVIERNO




Mi madre y todas las " gatas " de Cereceda sabían hacer calcetines, guantes, bufandas, gorros, toquillas y jerseys con la lana de las sus ovejas.

En las " larguísimas " noches del invierno " gatuno " era uno de sus trabajos favoritos al " amor " de la lumbre.

Mi madre siempre decía " al amor de la lumbre " por la expresión " al calor de la lumbre ".

Además ya he contado que muchas noches la iluminación de la cocina era el candil de aceite o las llamas de las bardas en el fuego.

Cuando yo era pequeño - abandoné el domicilio familiar con 11 años - mi madre me enseñó a hacer calcetines.

Las agujas se me daban bien pero solamente estaba capacitado para hacer la parte recta del calcetín porque la zona del pie era demasiado complicada y mi interés por ese trabajo se fué perdiendo cuando nació mi afición a hacer pelotas y a coser los " forros " de la pelota.

Este trabajo me lo enseñaron los quincalleros y viajantes que cenaban y dormían en la posada de mis padres.

Siempre admiré la destreza de mi madre a la hora de hacer los tobillos de los calcetines o los dedos de los guantes, cada uno con su tamaño.

Todos los muchachos presumíamos en la Escuela Unitaria de que guantes y gorros y bufandas y calcetines nos los habían hecho nuestras madres.

Y hasta los jerseys de los domingos provenían de las manos maternales.


Foto   pinterest.es

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