TOMMY Y DORA
Aquí tienen el artículo de Esperanza en el que, no solo cuenta una historia real, sino que intenta reflejar el ambiente de un pueblo pequeño, que espera la llegada de dos " ilustres personajes originarios de ese lugar."
"Todos pertenecemos a algún lugar y, como consecuencia, se nos conoce con un gentilicio en función del pueblo, la ciudad o el país donde hemos nacido.
A los que hemos nacido en Cereceda, oficialmente, se nos denomina cerecedanos y cerecedanas, sin embargo, en los pueblos de los alrededores nos conocen con el apodo de gatos y gatas. Tenemos el honor y el privilegio de compartir este apelativo con los naturales de la Villa y Corte, lo cual, en mi opinión, es bastante significativo.
Nunca he sabido y, desde luego, no está documentado por qué nos llamamos y nos llaman gatos.
Se me ocurren algunas hipótesis : Quizás porque somos independientes como los felinos con los que compartimos nombre; a lo mejor porque sacamos las uñas cuando lo creemos conveniente, e, incluso, me aventuraría a decir que, como los gatos, tenemos un sexto sentido, o quién sabe porque hacemos como los gatos " cuando nos llaman no vamos y cuando no nos llaman, vamos. "
Sea como fuere, el caso es que nuestro gentilicio es gatos y desde Agosto de 2.015 Tommy y Dora, dos gatos de madera, elegantes y coquetos, se han convertido en el símbolo de Cereceda.
Tommy y Dora llegaron a nuestro pueblo en medio de una gran expectación como corresponde a los Protagonistas, con mayúscula, de cualquier historia.
Recuerdo que la noche anterior a su presentación y puesta de largo en sociedad, se corrió el rumor de que al día siguiente iban a venir a Cereceda unas personas o personajes, no estaba claro, muy vinculados al pueblo. A partir de ese momento, el rumor, como sucede siempre con los rumores, se extendió como la pólvora y todo fueron cábalas y suposiciones. Cada uno fué aportando, de su propia cosecha, una hipótesis sobre el origen y la identidad de esos misteriosos y emblemáticos personajes.
De entre todas las teorías que se imaginaron y aventuraron, parece ser que la que más cuajó y convenció, fué la de que los visitantes, a los que conoceríamos al día siguiente, eran los descendientes de alguno de los hijos de Cereceda que allá por " los años 30 del siglo pasado " habían emigrado a Buenos Aires en busca de fortuna. Es seguro que durante esa noche el tema de conversación en los corrillos que se forman en los machaderos de las puertas y en la terraza del bar, una vez consensuado que los visitantes eran unos porteños con raíces en el pueblo, fuera el de hacer hipótesis y tratar de adivinar de quién podrían ser parientes " los desconocidos visitantes. "
La idea parecía poco descabellada ya que hubo más de una familia de Cereceda que emigró para " hacer las Américas " como se decía en aquellos años.
Casi todo el pueblo estaba convencido de que a la mañana siguiente - a las 12 del mediodía anunciaba el Programa de Fiestas - veríamos aparecer en la plaza un matrimonio bonaerense con abuelos de Cereceda.
A la hora convenida todo estaba listo para dar la bienvenida a tan ilustres visitantes, y tengo que decir en su favor, que quienes los conocían supieron guardar " con un candado de siete llaves " el secreto.
Ejerciendo de maestro de ceremonias, subido al balcón del campanario, estaba José Luís Tapia. Todos desconocíamos cuál era su misión en aquel lugar hasta que lo vimos manipular unos alambres, y, con la pericia digna de un titiritero que se precie, observamos cómo hacía descender desde el campanario a los protagonistas de esta historia: El gato Tommy y la gata Dora.
Tommy y Dora eran los misteriosos visitantes que pasaban desde ese momento a representar a los " gatos " y las " gatas " de Cereceda.
Desde el lunes, 10 de Agosto, Cereceda tiene como símbolos no solo su bandera y su escudo, sino también un gato y una gata, Tommy y Dora, a los que podemos admirar y con los que nos podemos deleitar en uno de los sitios más emblemáticos del pueblo : El bar Flores.
Esperanza Rodríguez González
Fotografía Constantino González
Etiqueta. Personajes
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