martes, 14 de mayo de 2019


LA PUERTA DEL CORRAL



Antes las puertas de los corrales de Cereceda eran de madera. Puertas grandes, pesadas, con muchos años de vida. Por ese hueco entraban los carros. En la parte superior se dejaba un hueco para " que respire el corral." Por eso hueco se colaban las golondrinas a hacer sus nidos en las vigas de los " tenaos ".
El carro podía entrar de frente o " marcha atrás " según " el manejo de las vacas " que tuviera el dueño.
En Cereceda había " artistas " metiendo el carro en el corral. Desde niños comenzábamos a " sacar el carnet " para conducir el carro.
" Todo dependía de las vacas. Si tenías una novilla era complicado meter el carro en algunos corrales " - te decían los viejos del pueblo. " Recuerdo el corral del tío.... que era difícil meter el carro cargado de paja, porque con los estacones y las redes.... si casi no cabía el carro."
Eran el tío Paco el carretero y su hermano Tino quienes se encargaban de la parte de madera y el tío Manolo el herrero quien se encargaba de los clavos, las esquinas, los goznes y la cerradura.
Le entrada al corral se cerraba con dos puertas que se abrían hacia el interior  del corral. Una puerta quedaba cerrada con un pasador arriba, hacia el techo y otro abajo, hacia el suelo del corral.
La otra puerta tenía un trozo que se abría a diario para la entrada y salida de animales y personas. Esta puerta estaba " partida " por la mitad, lo que daba lugar a la puerta de abajo con una " tranca " y la puerta de arriba que se " candaba " con una " señora " llave,
Cada mañana el dueño de la casa abría la puerta de arriba al levantarse, " si no, pensarán que nos hemos muerto esta noche " - decía mi padre, echaba una ojeada a la calle y al cielo. Esa parte superior de la puerta quedaba abierta hasta la llegada de la noche. Se " candaba " tras encerrar todos los animales. El último que entraba en casa era el encargado de " candar " la puerta de arriba.
La puerta de abajo se podía abrir desde el exterior con " pasar la mano por encima de la puerta " y quitar la tranca.
Estas puertas de los corrales se pintaban de colores vivos : verde, azul claro, azul oscuro.
Han pasado los años. Muchos corrales han cambiado por garajes para los dueños que acuden al pueblo en verano. Las puertas de madera se han cambiado por puertas de " herrero " con cerraduras y llaves modernas.
Aún quedan algunas puertas de madera, testigos de otros tiempos, en los que el carro era quien organizaba el corral.

Fotos   Fernando Sánchez Hernández.

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