lunes, 6 de mayo de 2019


QUIEN INVITA AL TABERNERO o está loco o le sobra el dinero.

Mi padre - tabernero en Cereceda - cambiaba el refrán por éste otro :

QUIEN INVITA AL TABERNERO o está borracho o no tiene dinero.






Mi padre decía que era muy normal que una persona borracha ofreciera invitación a todos los " presentes " y entre ellos a quien estaba detrás de la barra porque él no diferenciaba al tabernero de las otras personas presentes en el establecimiento.
El consejo de mi padre era que yo no cumpliera la petición del borracho porque, " ya no tiene dinero, y cuando al día siguiente le digas que debe una ronda, no se acordará de nada y perderás lo " servido."
Antes era muy normal que pagaran " rondas " de " chatos " de vino a todos los que estaban en la barra del bar. Era un " detalle " de chalanes, compradores de ovejas, corderos o cabritos. De esa forma buscaban granjearse la amistad de los ganaderos.
Recuerdo con simpatía al " pielero " - el hombre que compraba pieles secas de chivos, corderos, ovejas y cabras - que acostumbraba presentarse poco después de las matanzas, o a los pocos días de la fiesta de San Marcos.
Ataba el mulo con la carga de pieles a la puerta y entraba al bar para invitar a todos los hombres que hubiera.
- Ponga una ronda que la pago yo. Y ahora, veamos quién mató " algo " para convidar a los invitados a la fiesta de San Marcos.
Allí comenzaban los primeros tanteos sobre el valor de las pieles. En aquellos años eran los reales la " moneda de curso legal " porque " ofrecer pesetas es una cantidad pequeña, pero en reales es una cantidad cuatro veces más grande " me explicaba el pielero.
El pielero, el enchinador de trillos, el comprador de patatas, los carniceros que compraban churros o cebones, decía mi padre " que eran gentes de fiar cuando invitaban a una ronda. "

Foto  Pueblos de España. Taberna años 50   www.google.com

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