miércoles, 1 de mayo de 2019


UN  ÁRBOL PARA CADA HIJO

Un amigo " de un pueblo jurdano "  me ha contado una bonita historia y me ha hecho una pregunta :
- Tú sabes muchos poemas, ¿ Hay alguno que hable de la vida de una persona unida a un árbol ?.
Mi respuesta ha sido afirmativa.

Mi amigo emigró cuando era muy joven a Suiza con sus padres.
- " Allí pasé mucho frío. Allí vi bosques preciosos de pinares. Allí me acordé muchas veces de mi olivo."





Él me ha contado que su padre tenía un " güertu " junto a la casa. Era un " güertu " pequeño. Apenas cabían unas cebollas, unos ajos, unas patatas y unos fréjoles. En el " güertu " había un manzano, un cerezo y un olivo.
- " Cuando nos fuimos del pueblo eran tres árboles pequeños. Eran igual de pequeños que mis dos hermanos y yo. Mi padre nos enseñó que el olivo era mi árbol, el manzano era el árbol de mi hermano y el cerezo era el árbol de mi hermana."
Le he mirado a los ojos buscando alguna explicación a ese reparto de los árboles que había hecho su padre.
- " El día que yo nací mi padre plantó un olivo. Se lo regaló el tío Manuel, que sería mi padrino de bautizo. Cuando nació mi hermano plantó el manzano, que no recuerdo quién se lo regaló.  El cerezo con sus flores blancas y sus cerezas rojas era el árbol de mi hermana. Mi padre decía que mi hermana tenía la cara roja como una cereza  el día que nació, y que le pidió a su hermana y a su cuñado - los padrinos de mi hermana - que le dieran un cerezo de los que habían nacido en su huerto."
- " Hace tres años volví al pueblo. Busqué la casa y el huerto de mis padres. La  vieja casa la había tirado mi hermana y se había hecho una casa de dos pisos. Una casa preciosa. Mi hermana había " respetado " el huerto de nuestra infancia. Allí estaban los tres árboles. El cerezo estaba lleno de flores cuando volví porque era el mes de abril. El manzano comenzaba a echar las hojas. Mi olivo tenía setenta y dos años. Era un olivo con un tronco robusto. Me apoyé en él y quise abrazarlo. Mis brazos, cansados de los años de emigrante, no lo " abarcaban."  Y sus ramas verdes caían sobre mi cabeza con el pelo blanco. Me senté junto a él. Apoyé mi espalda en su tronco. Entonces recordé que era el día 25 de abril, el día de mi cumpleaños. Era también el cumpleaños de " mi " olivo : los dos cumplíamos ese día setenta y tres años."

Foto  mifamiliaviajera.com   camino entre huertos con olivos junto al pueblo, en Las Hurdes.
         
        ( www.google.com )



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