LOS AGUADORES DE CASAVIEJA
El señor alcalde echaba un bando diciendo que todos los que estuvieran interesados en quedarse con el agua acudieran al Ayuntamiento, donde los interesados tenían que esperar la puja hasta que se quedara uno con el agua.
Al día siguiente ya estaba en marcha el cometido del aguador. Iba casa por casa avisando a la hora que le correspondía a cada uno el agua para que estuvieran en el huerto o cercado y pudieran regar. Cada vecino pagaba por esto una cuota.
Me acuerdo de uno de los últimos aguadores que se llamaba Felipe Nino, y desempeñó su trabajo muy bien, al igual que los otros muchos aguadores del pueblo.
Página 18. Historias y Leyendas de Casavieja de Angel Jiménez.
Foto www.google.es
Etiqueta Costumbres
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