miércoles, 5 de febrero de 2020


MUJER BAILANDO EL HUSO

Una familia de " gatos " - la mujer y el marido son " gatos " y muy amigos míos - me ha remitido esta foto.





Yo la pongo en el blog. Es un tesoro.
" Mujer bailando el huso " podría ser su título.
A todos los que nacimos en Cereceda o pasamos algunos años de nuestra vida en el pueblo, esta foto nos trae recuerdos familiares.
La mujer vestida de negro, con la falda y la blusa, con el pañuelo negro atado a la cabeza, como se lo ataban mi abuela, mi madre y mi tía, sentada en un trozo de pared, con la rueca y " bailando el huso " ( así decía mi tía Floripe ) nos recuerda a cualquier mujer de Cereceda.
El cielo nublado, a lo lejos una pequeña elevación del terreno - quizás Pataloso - , en una tarde de otoño, me recuerda mi llegada a casa al salir de la escuela a las cinco de la tarde. Mi madre me esperaba, sentada al sol, en el huerto de casa para encargarme los trabajos que tenía que hacer, que empezaban con meter un " brazao " de leña para la lumbre.
Si el fotógrafo hubiera ido al Altozano, hubiera podido " sacar en la foto " a unas cuantas mujeres sentadas en sillitas bajas, unas " bailando el huso ", otras remendando pantalones de pana y otras cosiendo.
El  hacer jerseys o calcetines con la lana de las ovejas se dejaba para la noche " al amor de la lumbre " después de cenar.
La mujer lleva puesto el mandil. A las mujeres de Cereceda les encantaba estar todo el día con el mandil puesto. Un mandil en el que había un gran bolsillo que escondía los regalos para los hijos o para los nietos porque a las madres y a las abuelas " de entonces " nunca le faltaban nueces, higos y hasta " lágrimas de caramelo " en ese bolso mágico del mandil.
Que cada " gata " o cada " gato " le pongo la cara que él quiera a la foto y tendrá un recuerdo para siempre de su madre o de su abuela.

Foto pinterest

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