CONJURO A LA TORMENTA

                                                          Tente nube, tente nube.
                                                           Que Dios puede más que tú.
                                                           Si eres agua ven p´acá,
                                                           si eres piedra, vete p´allá.
                                           
                                                               Coplilla de María la cartera.

Esta coplilla, me dijo María, la decía mi madre, junto con alguna oración a Santa Bárbara, cuando aparecían las tormentas.
Las tormentas eran " temidas " en el pueblo porque podían en una hora destrozar el trabajo de todo el año.
 Las tormentas se encargaban de " trillar " las espigas en las tierras si aparecía el granizo antes de segar la cebada. Era a quien más daño hacían. Esas tormentas aparecían " alrededor de San Pedro " y asustaban a los agricultores.
- Las mujeres " mayores " sabían muchas oraciones contra el granizo y tenían la costumbre de encender una " lamparilla ", hecha en un vaso con agua, aceite y una torcida, que colocaban en la sala, encima de la cómoda, delante de una estampa de la Virgen de la Peña. En cuanto que se veían los nubarrones, mi madre encendía la lamparilla.

Yo le dije que en casa de mi abuela y en mi casa había un pañuelo de seda, guardado en la cómoda de la sala, con unas piedras pequeñas de la gruta donde se encontró la imagen de la Virgen de la Peña de Francia.
- Esas piedras las había en todas las casas. Cuando subíamos a la Peña el día 7 de setiembre, la víspera de la fiesta, golpeábamos la piedra de la gruta con un martillo y los trocines que sacábamos los guardábamos. porque en la casa donde haya piedritas de la Peña no caerán  chispas,  y tampoco matará a las vacas que estén en la dehesa, que atraen las chispas con los cuernos, me dijo María.

Fotos   google.com

                                Foto de la gruta bajo la capilla de la Blanca en la Peña de Francia.