miércoles, 21 de diciembre de 2022

 SI SANTO TOMÁS ENTRA CON NIEVES, el invierno entra con bienes.






Es un viejo refrán meteorológico que escuché muchas veces en Cereceda.

Santo Tomás tiene su fiesta el día 21 de diciembre, fecha que coincide con la entrada del invierno.

La nieve era siempre muy bien recibida en el pueblo de los " gatos " porque suponía un almacenamiento de reservas hídricas para el verano.

Las " gatas " de antaño estaban muy poco preocupadas por el agua en las casas. El agua corriente no llegó al pueblo hasta 1979 y eran las dos fuentes - la fuente Chica y la fuente Grande - quienes abastecían de agua los hogares junto con algún pozo - el pozo de Cándido - y alguno más que se fueron incorporando, si bien ese agua de los nuevos pozos solamente servía para el ganado.

Esos pozos quitaban trabajo a las cántaras que iban dos o tres veces al día camino de las fuentes.

La nieve ablandaba el suelo  de las heladas nocturnas, y con la salida del sol, los cereales crecían y echaban " bálago " o paja, como yo decía.

En la dehesa boyal era muy importante la nieve para alimentar los manantiales que necesitaban la boyá de las vacas o la cabriá de las cabras o los rebaños de ovejas para satisfacer su sed durante los meses veraniegos.

La nieve pudría las hojas caídas de los robles y ese abono hacía que la yerba creciera en primavera y que las bardas echaran brotes para las cabras y que los robles crecieran en altura y en grosor.

La nieve traía la alegría a la " gente menuda " , que se entretenía levantando muñecos y haciendo bolas  que rodaban por las calles del pueblo camino del río Yeltes.


Foto  Google.com

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