" UN DÍA PERFECTO PUEDE SER SOLEADO Y TAMBIÉN LLUVIOSO, depende de la actitud "

                                      

En la costa mediterránea los días lluviosos son raros. Cuando llueve lo hace torrencialmente y la lluvia dura unas horas y desaparece.

Los días soleados son 360 a lo largo del año con independencia de la estación en la que estemos.

En cambio, en Cereceda es diferente.

Los días soleados son abundantes aunque el frío se hace sentir.

Las " gatas " sabían buscar en los días de sol el lugar  apropiado para pasar la tarde. Las solanas de las calles congregaban, junto a alguna pared y en algún rincón, a todas las " gatas ".

Los días soleados eran principalmente en invierno porque en esa época del año el trabajo fuera de casa era raro y los hombres tenían la fragua y la taberna como lugares de reunión, aunque a veces se quedaban a la puerta.

La gente menuda teníamos la Plaza y el campo escolar.

Los días lluviosos había que inventar alguna diversión cuando yo era niño.

Durante la semana se acudía a la Escuela, hasta el sábado por la tarde, pero el domingo era complicado entretenerse porque la gente menuda quedaba fuera de los bares.

Eran las tardes de " corrales ". 

En los corrales podíamos disponer de espacio pues vacas y ovejas y cabras estaban en el monte con el boyero y el pastor y el cabrero y nosotros podíamos ocupar su lugar.

Además en el corral se guardaban el heno y la paja que daban calor.

Nuestros compañeros eran los pardales a los que nosotros intentábamos engañar con nuestros lazos de cribas viejas y cuerdas de atar los sacos.

Siempre queríamos que llegara el domingo o las fiestas o las vacaciones navideñas y de Semana Santa, días soleados o lluviosos, porque nuestra actitud, ante el sol y ante la lluvia, siempre era buena.

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