miércoles, 9 de mayo de 2018


LAVARSE COMO LOS GATOS





Cuando yo era pequeño y tenía que lavarme la cara por la mañana y el agua de la palangana - no había agua corriente en Cereceda - era del pozo que tenían mis padres en el huerto de casa, estaba muy fría, me mojaba los dedos y con esas gotas de agua me quitaba las " lagañas " de los ojos.
Mi madre siempre me decía :
- Te has lavado la cara como los gatos.
Yo he observado que los gatos no necesitan agua para lavarse la cara. Con la saliva de su boca mojan una de sus manos - la mano izquierda - y con ella se van lavando lentamente, parsimoniosamente, con un cuidado exquisito, toda la cara.
Los gatos tienen " odio gatuno " al agua. Algo parecido me ocurría a mí en las heladas mañanas de invierno.
Muchas mañanas, mi madre metía las tenazas en la lumbre. Era una lumbre de troncos de roble y de raíces. Las tenazas se ponían " al rojo vivo "  con el fuego. Luego las metía en el agua de la palangana. Salía una humareda de vapor de agua y el agua se calentaba.
En ese agua me lavaba la cara.
Ese agua decía mi madre que era milagrosa pues daba fuerza a los ojos. " Ojos pegados del frío de la noche ".
Hoy todas las casas tienen calentador y el agua del grifo sale caliente o muy caliente.
La frase ha perdido " valor " aunque sea en " el pueblo de los gatos y las gatas."

                    Foto  www.google.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario