miércoles, 8 de julio de 2020


EL QUE A PUEBLO FORASTERO VA A CASAR, o va a que lo engañen o va a engañar.










Eso se decía en Cereceda.
Eso decían las mujeres de edad del pueblo cuando la tarde del domingo aparecía algún mozo nuevo en el paseo del Chapatal.
En esa materia eran especialistas las mujeres " solteronas "  aunque no le iban a la zaga las mujeres, sentadas en sillas bajas, en algún solano.
- Ese mozo es el tercer domingo que viene al pueblo. Anda tras la Dora.
- Cualquiera sabe quién será.
- Lo que tiene que saber la Dora es que si viene de pueblo lejano " o viene a que lo engañen o viene a engañar."
Eran años y tardes de domingo de hace muchos, muchos, muchísimos años, cuando la costumbre - casi convertida en ley - decía que había que buscar novia en el pueblo.
- Pero hijo, ¡ con todas las mozas solteras que hay en el pueblo y a ti se te ocurre irte a veinte kilómetros a buscar novia !.
Entonces no había móviles para recibir información de aquel pueblo, aunque los padres conocieran a algún vecino o tuvieran algún amigo de la mili que residiera allí.
Un amigo mío, que luego se casó con una moza de la capital, me contaba que su padre trazaba una circunferencia en un mapa de la provincia y decía : de aquí no os salgáis porque seguro que os engañan en el " casorio."
Así eran los tiempos aquellos, así eran los " noviazos ", y así eran los padres del  mozo o de la moza.

Foto  google.com

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