domingo, 19 de julio de 2020


UNA ROSA ENTRE ESPINAS  ( continuación )

La rosa, al final de su larga vida, reconsiderando su pasado,  se sintió agradecida, de los que en principio consideró su terrible compañía, los espinos, los cuales le dieron durante todo el proceso de su vida la protección adecuada para liberarla de la mano airada, que en el mejor momento de su vida, de forma egoísta se hubiera servido de sus virtudes, belleza y olores, con lo cual al final de su vida, los que en principio consideraba sus verdugos, fueron sus mejores protectores a lo largo de su vida, los cuales la liberaron de ser cortada por los depredadores de las flores para disfrutar de sus encantos, con lo cual tuvo la larga vida que en principio nunca soñaba.








Moraleja:
                  La rosa y los espinos, al final de una larga vida, después de haber compartido en franca armonía su larga vida, cuando el incipiente invierno  les requiere por haber terminado el ciclo natural de su vida, la rosa, apoyándose con su dulce contacto de sus pétalos en los escabrosos picos de los espinos, en un dulce abrazo rinden su vida dejando en este mundo su gran ejemplo : dos plantas con antagónica situación física, compartieron su vida en franca armonía favoreciéndose la una a la otra, cada una aportando lo bueno y virtuoso de su especie.
Lo importante de la vida no es sólo el lugar donde naciste, es más importante la forma y el lugar donde viviste.
La rosa con sus olores y su belleza, y el espino con sus agresivos picos, llegaron a la caducidad de su vida, donde se guarda el olvido de todo lo pasado, y ya, como final de su vida se despidieron de este mundo, la rosa apoyándose con sus pétalos en los picos de los espinos acogida con cariño y agradeciéndose mutua y recíprocamente su comportamiento durante todo el proceso de su vida, fundiéndose en un abrazo en su despedida de este mundo donde vivieron, donde nos iguala a todos con la muerte.

Fotos   google.com






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