miércoles, 1 de julio de 2020


YO MANDO A MI GATO, y mi gato manda a su rabo.

Cuando en cualquier casa de Cereceda la madre mandaba a alguno de sus hijos o de sus hijas a hacer algo - ir a buscar agua, poner la mesa para la cena, tirar la ceniza - siempre se solía pasar el trabajo a algún miembro de la familia de menor edad.








Entonces las mujeres de Cereceda te soltaban enseguida ese dicho : " Yo mando a mi gato y mi gato manda a su rabo."
_ Ve en un momento a buscar el pan a casa de la señora Agustina.
- ¡ Que vaya mi hermano !, solía decir el mayor a la madre. O que vaya mi hermana.
- Así se hace. " yo mando a mi gato y mi gato manda a su rabo."
El significado es muy claro : Se tiende siempre a descargar el trabajo sobre alguien que esté más abajo, casi siempre por la edad.
En Cereceda también se decía el refrán de otra forma : " Yo mando a mi gato y mi gato lo hace refunfuñando."
Significaba que la madre mandaba a un " recado " al marido y éste se lo pasaba a alguno de los hijos o de las hijas, que lo hacían pero de mala gana y refunfuñando.
- Según sales al corral, échale estas " sobras " a los gatos, decía la mujer al marido. Éste le pasaba el encargo a su hija : " dice tu madre que le eches estas sobras a los gatos."
La hija hacía el " mandao ", pero refunfuñando, como hacen los gatos.

Foto  pinterest.es

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