miércoles, 25 de enero de 2023

 SÓLO SE TIRAN PIEDRAS al árbol cargado de frutos.






Hoy me he reunido con unos amigos, gentes de pueblo al que un día abandonaron por razones de estudios, y hemos recordado " hazañas " infantiles.

Entre esas " hazañas " sobresalen las que tienen relación con los " robos " de frutas en la época veraniega.

Peras, manzanas, ciruelas y melocotones se llevan los lugares de honor.

En medio de la animada charla, el más veterano en esas lides ha soltado una " sentencia " que decimos en Cereceda : " Sólo se tiran piedras al árbol cargado de frutos ".

Yo he impugnado su " sentencia " con estas palabras " pues a mí me gustaba caer las pocas manzanas que quedaban en unos manzanos que había en la Fuente la Mocarria ".

Ésta ha sido mi explicación :

" Yo tenía dos compañeros inseparables de mi persona: el aro y el tirachinas.

El aro me acompañaba a todas partes menos a la iglesia y a la escuela porque Don Antonio no me dejaba que lo metiera ni siquiera al " portalito ". Y de Don Lamberto prefiero no decir nada pues su seriedad habría transformado mi aro redondo en una línea recta.

Pero a la iglesia y a la escuela me acompañaba el"  mi " tirachinas, que me había hecho mi tío Horacio mi padrino, unas veces colgado del tirante que quedaba sin romper y otras guardado en el bolsillo donde dormían las canicas.





Cuando iba a cuidar las vacas al río Yeltes, desde Las Digisuelas hata La Isla, siempre llevaba el tirachinas y las manzanas de los árboles que había por el camino de la parte baja de La Ladera me gustaban cuando quedaban dos o tres, o una sola.

- Cuando había muchas no era ningún " misterio " acertarle a alguna.


Foto  Google.com   Un manzano y un tirachinas.


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