Dice la leyenda que el dueño de la planta recibe los favores de todos los " hombrecitos " en los que se transforman sus raíces.
Si se arranca una raíz en forma de hombrecito, en el momento de arrancarla, grita y el grito mata a quien intenta separarla de la tierra.
Para arrancarla y seguir con vida se cavaba hondo a todo su alrededor. Después se ataba un extremo de una cuerda a la raíz y el otro extremo al cuello de un perro. El dueño del perro se colocaba lejos de la mandrágora y llamaba al perro. El perro arrancaba la raíz, que gritaba, y ese grito mataba al perro.
El dueño recogía la mandrágora y la utilizaba para su propio beneficio.
Foto plantasmagicas.com
Etiqueta Literatura
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