martes, 11 de julio de 2017

LA MIEL de  Antón Pitaco

Tengo un amigo baturro que gusta pedirme, en las reuniones de amigos, que cuente el cuento de LA MIEL.
Es un cuento publicado en la Primera Revista de Aragón en Noviembre de 1.878 por Agustín Peiró y Sevil, conocido bajo el seudónimo de Antón Pitaco.
Antón Pitaco sitúa el cuento en Mezalocha. Pero dice que le pidieron que lo situara en Muel. Mariano de Cavia lo sitúa en Villanueva del Huerva. Los tres son pueblos de la comarca de Cariñena ( Zaragoza. España ). Mi amigo es de esa comarca y nos " surte de buen vino."




                                                                                                      Foto  www.google.es

" Se cuenta que el síndico del Concejo de Mezalocha, después de despachar el acta de la reunión, propuso ir a merendar al huerto del tío Linaza. La iniciativa se aprobó por unanimidad, pero el secretario comprobó que las arcas municipales estaban vacías.
El alcalde dió pronto la solución : se multa al primero que se encuentre y se acabó lo que se daba.
Y con esta intención salió el síndico a la calle.
En la plaza del pueblo encontró a un vendedor de miel y, al comprobar que en los cántaros había varias moscas, que habían muerto por golosas, multó al vendedor con veinte reales.
El síndico llevó el duro de la multa al Concejo, con el que tendrían para un " crabito ", pero para la merienda faltaba el pan, el vino, el queso y las olivas.
Ni corto ni perezoso el alcalde salió decidido a la calle con su vara y su capa. En la plaza encontró aún al serrano que vendía la miel, ya limpia de insectos, y al ver que en los cántaros no había ninguna mosca, gritó : " ¡ Miel sin moscas ¡. ¿ Quién ha visto cosa parecida ?. ". Y exigió al serrano otro duro.
Pero, herido en su amor propio y antes de pagar otra multa, el vendedor abandonó los cántaros de miel y salió corriendo del pueblo.
Ni que decir tiene que la miel fué confiscada y sirvió al Concejo " en patrióticas meriendas ".
La autoridad, pese a quien pese, siempre tiene razón."
                                www.calatayud.org.

Yo conté muchas veces este cuento, a mi manera, a los " jurdanos " que venían a la posada de mis padres con pellejos de miel.
A mí me lo " enseñó " el cabo Juan, de la guardia civil del cuartel de Sequeros, cuando yo tenía cinco años y empecé mis estudios escolares en la escuela de niños de  Cereceda con el maestro D. Lamberto López Elías.

Etiqueta    Literatura.

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