martes, 4 de julio de 2017

MAÑANA  " MASAMOS "

Este artículo fué publicado en el Libro de Fiestas de 2.012.
Yo había hablado con tres mujeres en el verano de 2.011, y, con los datos tomados, elaboré el artículo.

Esta era la dedicatoria :

" Dedicamos estas páginas a nuestros nietos y biznietos que no han podido disfrutar de un " cuscurro " de pan con miel, recién sacado del horno."




                                                                                                 
                                                                                                  Foto    www.google.es

En todas las casas del pueblo había un plato que servía de medida, pues de cada plato de harina se hacía un pan, una artesa, un torno, y, casi siempre en el sobrao, había un horno.
La artesa se usaba en la matanza para las " chichas " y la mesa del torno era también la mesa de la matanza.
Se ponía en la artesa la harina correspondiente para 12 - 15 panes, que eran los que hacíamos por masadura.
Para hacer la masa se necesitaba la yelda. La yelda se preparaba la noche antes con la recentadura, que era un poco de masa guardada en un tazón de la masadura anterior. También se podía pedir yelda prestada : la abuela Anita, la abuela de Sagrario, tenía siempre yelda, que luego se le devolvía " a peso."
Para masar había que madrugar. Se ponía agua a calentar en un caldero. Con el agua caliente se deshacía la yelda en la artesa mezclada con la medida correspondiente de harina y sal según los panes que se querían hacer. Se hacían los que cabían en el horno.
Hecha la masa se pasaba por el torno pero antes lo amasábamos con las manos, era un trabajo muy duro.
Los panes eran redondos con cuatro cuscurros y en el centro se ponía el sello hecho con el rabo de una calabaza.
Antes de pasar la masa por el torno se hacía la cama en el escaño de la cocina. La cama se hacía con mantas y sábanas, y debajo del escaño muchas veces había que poner un brasero con lumbre para que el pan se yeldara más pronto.Si hacía mucho frío se ponían huevos entre los panes. El pan tardaba tres o cuatro horas en yeldarse.
El día que trajeron el San Pablo que ahora está en la tribuna,a las ocho de la tarde no se había yeldao porque hacía mucho frío y había una nevada impresionante. Encendimos el horno después de cenar.
Cuando el pan estaba a punto se encendía el horno. La leña eran bardas que muchas mujeres traían en un haz a la cabeza.: la abuela Anita,  , la tía Fidela, mujer del tío Sidro, el del Altozano, Plácida, mujer del tío Eduardo, y muchas mujeres de mi edad - yo tengo 93 años - fuimos muchas veces a buscar un haz de chaporros para masar.
Cuando el horno estaba caliente se ponían las brasas alrededor y se barría con una escoba de sayugos o de gelechos. El pan se metía en el horno con una pala de madera que tenía el mango muy largo y estaba protegida en la punta con una tapadera doblada.
El pan estaba en el horno hora y media o dos horas. Cuando se sacaba el pan  a mí me gustaba coger un rescaño. Mi madre siempre me decía : Saca el pan pero no le quites ningún rescaño.
En el rescaño le poníamos miel igual que en las tortas que hacíamos con la masa y freíamos en la sartén.
Al sacar el pan se asaban patatas en el horno.
En verano si no teníamos tiempo de masar hacíamos tortas porque ya lo dice el refrán : " A falta de pan, buenas son tortas."

           Encarnación Marcos, María Sánchez y Luisa Martín
                       Tres " jovencitas " que suman 283 años.

Etiqueta     Cosas de mi vida

No hay comentarios:

Publicar un comentario