LOS CAMPOS DE LAS HURDES

"Si en todas las partes del mundo, los hombres son hijos de la tierra, en Las Hurdes la tierra es hija de los hombres. "

Esta frase es de D. Miguel de Unamuno, que recorrió Las Hurdes   y conoció sus tierras, sus casas y sus gentes.
Esta frase se aplica también a Cereceda.
Mi padre y muchos vecinos se dedicaban a hacer más grandes sus tierras y sus huertos.
En el huerto de las Canalejas había una zona de ladera improductiva, llena de matas de roble y de zarzas, sin riego posible pues estaba en nivel superior al de la poza que almacenaba el agua para regar los huertos, pero año tras año disminuía su extensión.
Mi padre picaba con el pico y la espigocha en la ladera hasta rebajarla a la altura del huerto. Las piedras las echábamos en el camino de la Nava el Monago. Teníamos unos cestos pequeños de mimbre. Esos cestos eran especiales para echar las piedras " machás " en las carreteras debajo de la " pisonadora "
Ese trabajo de " machacar  piedras " era un trabajo que hacía mi familia en temporadas  de poco trabajo en la agricultura.
De esta forma el huerto de las Canalejas era siempre del mismo tamaño, pero la zona que se sembraba de patatas, alubias o remolachas aumentaba cada año.
Mi padre era uno de los hombres que presumía de hacer el huerto : " La tierra es hija de los hombres."

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