viernes, 29 de junio de 2018


ECHAR EL BUEN PROVECHO





Hoy he ido con un amigo a una casa de compraventa de vehículos usados.
Mi amigo quería desprenderse de su viejo coche. Había recorrido con él toda España y el " pobre " cacharro ya " ni bajaba la cuesta abajo "
El comprador le preguntó por el valor que él consideraba que tenía su vehículo.
- ¿ Usted cuánto me ofrece ?.
- Mi oferta es ....
- Me parece muy baja. Suba usted un poco. Tampoco le pido que suba mucho. Suba usted algo.
El comprador subió la oferta unos pocos euros.
- Mire usted, este coche ya " no sirve ni para ir cuesta abajo ".
Mi amigo se quedó pensativo. Consideraba que el comprador tenía razón.
Yo le dije : " Échale el buen provecho."
Y así fué. Mi amigo le dijo que aceptaba el precio ofrecido.
Una vez " hecho el papeleo oficial " y abonada la cantidad acordada, mi amigo me preguntó por la frase que yo le había dicho.





- Te he dicho que le " echaras el buen provecho."  Es una frase típica de los " tratos " de Cereceda. Siempre que hacemos un " trato " de compraventa la decimos. Quien la pronuncia, que suele ser un intermediario, considera que el " trato " es beneficioso para su amigo, sea vendedor o comprador.

  Foto  www.google.es

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