jueves, 13 de abril de 2023

 LA ROMANA CHICA





La romana es un instrumento de medición de peso.

Está compuesta de una palanca de brazos desiguales, con el " fiel " sobre el punto de apoyo.

En la mayoría de las casas de Cereceda había una romana, aunque los vendedores que acudían a las puertas de las casas con sus mercancías traían su " propia " romana.

Las " gatas " eran muy aficionadas al manejo de la romana. Mi madre la utilizaba para saber los quilos que habían " puesto " los garrapos chicos, el peso de los corderos o de los chivos, y hasta lo que pesaba el gallo que había vendido a los " quintos " para preparar la cena de despedida de algún mozo que se iba a la mili.

Como no se fiaban del peso de los " Serranos " que acudían a vender uvas, con un banasto en cada lado del mulo, mi madre solía pesarlas en la su romana y, ¡ menudo alboroto ! cuando le faltaba una " pica " de " la su romana ".

También le gustaba pesar las aceitunas que mi padre le compraba a los del Madroñal. Mi madre solamente confiaba en la romana de Cencio, el amigo de mi padre, al que nunca le pesaba la mercancía que le compraba porque Cencio siempre le añadía una " caza " de propina.

En el platillo de la balanza se pesaba también el pan que se compraba al panadero del pueblo, el tío Pólito, el padre de Serafín, porque " los panes que vendía eran más pequeños que los que masaba para casa ", decía mi madre.

A mí me gustaba pesar en la romana chica. siempre colgada de un clavo en una viga del sobrao, las canicas y las pelotas del juego pelota, que mi padre me ayudaba a fabricar con lana de las ovejas y piel de algún perro o de algún gato, curtida por el señor Manolo el pastor.

Yo tengo en el sobro de mi casa del pueblo una romana chica, herencia familiar.

Una romana nueva , de unos 45 - 50 cm de brazo, cuesta unos 100 euros.


Foto  google.com   La romana chica con el platillo lleno de racimos de uvas blancas.



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