UNA MISA DEL GALLO
El año pasado publiqué un artículo el día 21 de Diciembre titulado " El besar el Niño ", en el que contaba la costumbre de Cereceda, hace más de medio siglo, de acudir a besar el Niño al terminar las celebraciones religiosas de la Navidad, y el orden en el que se hacía : autoridades municipales, hombres, mozos, mujeres, mozas, niños y niñas acompañados del maestro y de la maestra.
Hoy escribo sobre una Misa del Gallo, que permanece grabada en mi memoria.
Recuerdo que durante toda la tarde había nevado. Copos de nieve, a ratos grandes y a ratos pequeños. Esa caída de la nieve había hecho que " el tiempo templase "
Tras la cena en casa de mi abuela Fausta, fuímos a la Misa del Gallo y nevaba.
Un joven vestido de pastor llevó un cordero para regalar al Niño Jesús, y el corderillo se pasó toda la misa reclamando la presencia de su madre.
En la iglesia estaba " todo el pueblo " y cantamos villancicos con el acompañamiento de zambombas. En la iglesia había " calor de Navidad. "
Al terminar la misa llegó la sorpresa : había caído una copiosa nevada y seguía nevando. Copos grandes bajaban lentamente sobre la plaza y sobre las calles. Yo me fuí a dormir a casa de mi abuela, tras esperar que los hombres abrieran unos caminos en la nieve con palas y azadas, unas calles de barro por las que era difícil caminar. Además antes de terminar la misa " se fué la luz ". Los cables se habían cargado de nieve y algún poste, eran de madera, " por la zona de las Nogalitas - decía la gente - se había caído ". Faroles, con cuatro cristales, una torcida y aceite, nos guiaban hasta casa.
Espero y deseo que este artículo, escrito el día de Nochebuena, traiga a la memoria recuerdos hermosos, por blancos, fríos y navideños, para muchas personas de Cereceda, hoy lejos de su pueblo.
Etiqueta. Costumbres.
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