Foto www.google.es
El herrero de Mamblas se pasaba los días machando en el yunque con su martillo para hacer herramientas de labor, callos para herrar vacas y caballos o haciendo rejas para ventanas y balcones.
Una noche de primavera soñó que un tesoro lo esperaba en la Puerta del Sol de Madrid.
Allá se fué el herrero y durante tres días dió vueltas y vueltas por la plaza en la búsqueda del tesoro soñado.
Al cuarto día un señor " bien vestido y con modales muy educados se acercó a él :
- Discúlpeme, buen hombre. ¿ Puedo hacerle una pregunta ?.
- No faltaba más, caballero - le contestó el herrero. ¡ Pregunte, pregunte ¡.
- Pues verá usted. Vengo observando durante estos tres días que usted no para de dar vueltas por esta plaza como buscando algo. Si puedo ayudarle, dígamelo, y lo haré encantado.
El herrero le contó su sueño, sin manifestar el oficio que tenía ni el pueblo de donde procedía.
- Buen hombre en eso no le puedo ayudar pero ya que usted me ha contado su sueño, le contaré el que yo tuve anoche. He soñado que debajo de la fragua del herrero de Mamblas hay un tesoro escondido. Mas ni siquiera sé dónde se encuentra ese pueblo.
El herrero se despidió de aquel hombre y regresó a Mamblas. Cogió un pico y una pala y cavó en la fragua hasta encontrar el tesoro.
Desde aquel día el herrero golpeaba en el yunque pero todo lo hacía sin ganas y de mala manera.
.... Y las gentes del pueblo decían : " El herrero de Mamblas, machucando en el yunque, olvidó el oficio."
Revista Folklore nº 422 García Izagirre, Txeru.
Etiqueta Frases castellanas
No hay comentarios:
Publicar un comentario