Un profesor extremeño me recuerda una coplilla de su tierra:
Las mujeres extremeñas
son la mar de habilidosas,
que hacen morcillas de trapo
y jabón sin tener sosa.
Octavio González, estudioso de Extremadura dice :
" Con la entrada del invierno y con las matanzas gordas, había que proveerse de materias imprescindibles : la tripa, el arroz, la sal, etc. Los comercios estaban cerrados - era el año 1.938 -, los ambulantes de Campanario ya no voceaban por las calles la venta del pimentón y de la tripa.
Y aquí vino el invento de las morcillas de trapo.
En las casas se cosían trozos de sábanas viejas con las que se pretendía suplir la tripa para las morcillas, ya que las de cerdo se reservaban para los chorizos.
Pero el invento fué un fracaso, pues una vez colgadas en las cocinas, con el calor de la lumbre y el humo, la grasa se filtraba por la tela y ensuciaba las cocinas y lo que quedaba - eran morcillas de arroz - era incomestible."
En Cereceda las mujeres no hacían morcillas de arroz. Yo vi a mi tía Floripe - desconozco si mi abuela Fausta lo hizo también - preparar telas para la morcilla lustre. Eran unas morcillas muy gordas, a las que les quitaba la tela cuando las freía. Estos recuerdos son de los años próximos a los cincuenta del siglo pasado.
La morcilla lustre se comía enseguida, unos días después de la matanza.
Foto www.google.es
Etiqueta Costumbres.
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