LA BÚSQUEDA DEL TESORO

Este artículo fué publicado en el nº 5  Agosto 2.019 de la Revista PATALOSO.

Su autor es Anselmo Matilla Santos, sacerdote.
Anselmo , nacido y criado en Tamames, presume de ser un cura " pucherero."
Actualmente es el Rector del Seminario de Ciudad Rodrigo ( Salamanca ).

" ¡ Hala, mamá !. Pero si se ve todo el mundo !."
La pequeña Irene de Arriba estaba emocionada. Era la primera vez que subía a la Peña de Francia y para una niña esa experiencia de subir a un lugar alto le hace parecer a la vez más grande  y muy chiquitina, le hace pensar que el mundo es suyo y, al mismo tiempo se siente como un enanito sentado a la puerta de la seta en la que vive.
Por eso Irene no dejaba de asombrarse y, siempre bajo la atenta mirada  y a la mano de su madre Serafina, subía por las rocas. De vez en cuando, pegaba algún pequeño brinco, con el fin de poder mirar más allá, y llegar, si cabe,  cada vez más alto.
" ¡ Estate tranquila, Irene ! ", rezongaba de vez en cuando su madre. " Ya sé que en Tamames estás acostumbrada a salir a la puerta de casa y a jugar y a jugar a los pucheros con tus amigos. Pero aquí hay que tener cuidado, porque sino te puedes caer... ¡ y al final tenemos un disgusto ! "
Sin embargo, la niña estaba tan gozosa  que no podía parar quieta. Ansiaba explorar todos los rincones de aquella cumbre, que cubre con su sombra y con su nombre, toda la Sierra.
" ¿ Vamos a ver  aquello tan grande ? ". La niña se refería al enorme reloj de sol alrededor del cual, como si de una brújula se tratara, sendos miradores señalaban  pueblos de la Sierra e, incluso,  de la lejana, y a la vez cercana, Cáceres. " ¡ Quiero bajar por esos túneles !. Seguro que encontramos algún tesoro... " exclamaba Irene, con la cara llena de asombro " Ahora no, cariño " replicó su mamá. " " Vamos a buscar otro tesoro más grande. Cuando acabemos, bajamos con la merienda, y nos sentamos en esa parte que tiene hierba. ¡ A ver si tenemos suerte y se acercan las cabras a saludarnos."