domingo, 12 de abril de 2020


 LA MISA Y LOS PEDIGÜEÑOS

Pedigüeño  es la forma de denominar a la persona que pide de manera excesiva, que pide con frecuencia e importunidad.

El artículo hace referencia a las peticiones de dinero que se hacían en la iglesia.
En mis tiempos de monaguillo se hacía un recorrido por toda la iglesia los domingos en la misa mayor e igualmente en las Festividades que carecían de procesión.


Si la festividad tenía procesión, se hacía una colecta en la Plaza. Para hacerla se colocaba un cestillo junto a la imagen procesionada y los vecinos iban pasando junto a ella y haciendo su oferta.
Algunas mujeres le dejaban " dada la orden " a su marido de que " ofreciera " por ellas pues tenían que volver rápidas a casa para preparar la comida.
Era una oferta pública y solamente había un pedigüeño, que era el párroco. En algunas ocasiones, antes de empezar la procesión, el párroco manifestaba cuál era la misión a la que se dedicaría el dinero recogido en el ofertorio.
- Este cura es un pedigüeño: fiesta que hay, petición que hace. Siempre tiene algo por lo que pedir, decían los feligreses.
En el siglo XVIII hay documentos que especifican la prohibición realizada por los Obispos para que los pedigüeños dejaran de hacerlo durante la celebración de la misa.
" Salían a pedir los monaguillos para la parroquia, pero salían también los mayordomos de las cuatro Cofradías que había en el pueblo, y, antes de terminar la misa, había algún " pobre de solemnidad " que se pasaba por los bancos para " pedir una limosna por amor de Dios."
Imagino que los feligreses y las feligresas llevarían el bolsillo lleno de pequeñas monedas para contentar a todos los pedigüeños.
Recuerdo las monedas de cinco céntimos y de diez céntimos - una perra chica y una perra gorda - que los mozos " lanzaban " desde la tribuna al pobre monaguillo que salía en el momento del ofertorio a " pedir."

Foto  La mesa con el cestillo en la Fiesta de San Pablo. Año 2.018. 

         Foto cedida por El Mariquelo.

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